La tilapia del Nilo, Oreochromis niloticus (Linnaeus, 1757) presenta una serie de características tales como fácil adaptación, amplia resistencia, rápido crecimiento y eficiente conversión alimenticia, que la convierten en una especie exitosa en los proyectos acuícolas (Caulton 1982). Sin embargo, su madurez precoz y su reproducción prolífica implican un alto gasto energético que afecta directamente a la tasa de crecimiento (Macintosh & Little 1995). Este gasto energético difiere entre sexos, observándose un mayor crecimiento en los machos (Lester et al. 1989). Por ello, en el cultivo de la tilapia del Nilo se fomenta el desarrollo de poblaciones compuestas únicamente por machos, lo que permite obtener tallas uniformes en la cosecha y una mayor rentabilidad.
La producción de poblaciones monosexuales se consigue mediante el uso de hormonas andrógenas sintéticas, suministradas en la dieta durante el periodo lábil de diferenciación sexual. El uso de la fluoximesterona (FM) ha demostrado ser eficiente en la producción de machos de O. niloticus a una dosis de 5 mg FM/kg. Concretamente:
En condiciones naturales esta especie presenta una sex-ratio que se estima en 3:1 (esto es, tres machos por cada hembra; dicho de otra forma, de cada 4 peces tres son machos).
Cuando esta especie es alimentada con una dieta rica en FM, la sex-ratio es de 9:1 (esto es, 9 machos por cada hembra).
En un mercado el 20% de las O. niloticus puestas a la venta proceden de piscifactorías donde se cultivan con dieta rica en FM, mientras que el 80% restante proceden de la pesca artesanal en zonas donde las tilapias viven en condiciones naturales.
Con objeto de investigar las condiciones en que se consigue mayor rentabilidad del cultivo de tilapia (O. Niloticus), se realizan distintos experimentos para comparar qué ocurre según se usen o no hormonas artificiales en la dieta. En el Experimento número 1 se disponen 20 alevines de O. Niloticus en un tanque. Durante el periodo de cría se les administra una dieta alimenticia sin hormonas artificiales, por lo que se espera que la proporción de sexos obtenida al final del experimento sea similar a la natural. En estas condiciones, calcula:
© 2016 Angelo Santana, Carmen N. Hernández, Departamento de Matemáticas ULPGC